Wednesday, April 11, 2007

VIOLACIÓN Y ASESINATO POR TURBA DE PRESUNTOS MILITARES

Las noticias reportadas por El Financiero de la fuente Notimex y dos editoriales del Universal
Arraigan a dos militares en Veracruz

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Nacional - Lunes 12 de marzo (13:55 hrs.)

  • Los uniformados son presuntos responsables del abuso y muerte de una anciana

El Financiero en línea

México, 12 de marzo.- El alcalde de Soledad Atzompa, en Veracruz, Javier Pérez Pascuala, informó que dos militares fueron arraigados mientras que uno más fue detenido como presuntos responsables del abuso y muerte de la señora Ernestina Ascencio Rosario.

Señaló que el gobernador del estado Fidel Herrera Beltrán dio a conocer el avance de las investigaciones de la exhumación hecha por la fiscalía, en la cual ya se tiene detenidos a militares de la zona 26 con sede en Orizaba.

"Son un soldado detenido y dos arraigados por la violación y muerte de Ascencio Rosario, información dada a conocer por las autoridades del Ejército Mexicano", agregó Pérez Pascuala.

Precisó que la población esperará de 20 a 30 días para que las autoridades correspondientes den por esclarecido esta muerte, de lo contrario organizaciones indígenas de la sierra de Zongolica realizarán movilizaciones de protesta por este hecho.

"Una vez que se haga justicia no habrá manifestaciones, pero en caso de que estos hechos lamentables quedaran impunes, el pueblo se inconformaría, reclamaría justicia", aseveró.

Resaltó que en otras ocasiones pobladores de otros municipios han sido víctimas de violaciones por parte de militares; sin embargo, no han tenido el valor de denunciarlos por razones como la extrema pobreza y la distancia para realizar las denuncias correspondientes. (Con información de Notimex/MCH)

Garantiza gobernador castigo a responsables del asesinato de indígena
Nacional - Miércoles 14 de marzo (20:30 hrs)

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  • Fidel Herrera aseguró que se lleva a cabo una exhaustiva indagatoria de los hechos con el apoyo de la CNDH
  • Evitó confrontarse con el Presidente Calderón quien declaró que murió a consecuencia de una "gastritis crónica no atendida"

El Financiero en línea

México, 14 de marzo.- Aunque evitó confrontarse abiertamente con el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, quien declaró que la indígena Ernestina Ascencio Rosario murió a consecuencia de una "gastritis crónica no atendida" y no por las lesiones recibidas a manos de presuntos militares, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán manifestó que las investigaciones siguen en manos del ministerio público y se aplicará todo el peso de la ley a los responsables del violento asesinato.

"Mi gobierno garantiza a la comunidad y a la sociedad, que se averiguará y se castigará a quien haya sido responsables de este brutal asesinato, cualquiera la circunstancia en las que haya ocurrido", sentenció.

Entrevistado en esta ciudad, donde se efectúa la Expo-Salud 2007, el gobernador de Veracruz buscó evitar cualquier confrontación con el presidente Felipe Calderón, quien afirmó que, según el resultado de la necropsia, la mujer indígena Ernestina Ascencio, quien fue atacada por presuntos militares, murió a consecuencia de gastritis crónica no atendida.

"Ese tema no lo voy a abordar aquí, en medio de esta reunión que es de Expo Salud. Lo abordaré en el momento procedente y pertinente conforme a una averiguación que conduce el ministerio público y que requiere, como marca la Constitución, del sigilo que marcan las leyes", expresó.

Ante la insistencia sobre el caso, reiteró que prefería guardar silencio para que las autoridades ministeriales cumplan con absoluta libertad de la autoridad, de los medios y de todos los actores, con su tarea legal para esclarecer el caso.

Más tarde, el mandatario afirmó que la anciana indígena Ernestina Ascencio Rosario falleció en un hecho de violencia, que produce un fenómeno de enfrentamiento cuando menos verbal de las comunidades indígenas del Pico de Orizaba.

Aseguró que se lleva a cabo una exhaustiva indagatoria de los hechos con la apertura del Ejército Mexicano, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos respaldó una coincidencia con el gobierno de Veracruz para exhumar el cuerpo, para hacer las pruebas de laboratorio adicionales que se correspondieran con la determinación de la milicia, de tomar la sangre entre los integrantes de la base móvil que operaba aledaño al lugar donde ocurrieron los hechos.

Herrera Beltrán aclaró que la investigación está en proceso, con la mayor seriedad y profundidad, y por estar a cargo del Ministerio Público se debe guardar sigilo como lo marcan las leyes.

"Mi gobierno garantiza a la comunidad y a la sociedad, que se averiguará y se castigará a quien haya sido responsables de este brutal asesinato, cualquiera la circunstancia en las que haya ocurrido", sentenció.

Dijo que no puede hacer suposiciones ni adelantar juicios temerarios sobre la responsabilidad de los efectivos militares en el homicidio de Ernestina Ascencio, "y como autoridad tengo que ser respetuoso de que se cumpla la ley, que se efectúe la investigación, y que la autoridad que juzga, aplique a quien resulte responsable la sanción correspondiente".

El gobernador reiteró que no habrá impunidad en el caso donde participan la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Estatal de los Derechos Humanos, la sociedad, el pueblo y gobierno de Veracruz, el Ejército Mexicano y las autoridades federales, quienes están atentos al desahogo de la investigación, para que quien haya sido el responsable sea sancionado con todo el peso de la ley. (Con información de Finsat/Oved Contreras/HCH)

Llamarán legisladores a titular de la CNDH a explicar muerte de anciana
Política - Martes 10 de abril (21:43 hrs.)

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  • Es el caso de Ernestina Ascencio Rosario, presuntamente violada por militares en Veracruz
  • Derechos Humanos estableció que el fallecimiento obedeció a hemorragia interna

El Financiero en línea

México, 10 de abril.- La Cámara de Diputados acordó hoy citar al presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, Ombudsman), José Luis Soberanes, para que informe de las investigaciones sobre la anciana indígena presuntamente violada y asesinada por militares.

Las fracciones parlamentarias coincidieron en solicitar la comparecencia de Soberanes después de que la CNDH asegurara que Ernestina Ascencio Rosario, de 73 años, muerta a finales de febrero pasado, no fue asesinada por militares ni fue violada sino que murió de una hemorragia interna derivada de una anemia.

Los legisladores propusieron incorporar "asesores" a la fiscalía para fortalecer las investigaciones de este caso, a la que se sumaría un diputado por cada uno de los ocho grupos parlamentarios.

La mujer fue atendida en un hospital donde posteriormente murió. Ahí agentes de la Fiscalía de Veracruz, mediante estudios, determinaron que había sido violada.

La indígena alcanzó a decir a sus familiares que había sido atacada sexualmente por un grupo de militares que patrullaba la sierra de Zongolica.

"Esta Cámara deberá coadyuvar, sin olvidar los preceptos legales, porque por encima de cualquier cosa primero es el respeto al Estado de Derecho", dijo la diputada del Partido Acción Nacional (PAN) María del Pilar Ortega.

La representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Maricela Contreras aseguró que no se trata de "denostar el papel del Ejército, sino de exigir el respeto al derecho y contar con información fidedigna".

Agregó que la violencia contra Ernestina Ascencio "es un atentado a los derechos, a la vida, la seguridad, libertad, dignidad, integridad física y sicológica de las mujeres".

El diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Pedro Montalvo dijo que la posición de la CNDH en lugar de aclarar la situación y darle certeza a la población, "polarizó la opinión sobre el funcionamiento de la justicia en el país". (Con información de EFE/RSC)

Marcha para demandar investigación de muerte de anciana
Nacional - Martes 3 de abril (18:40 hrs.)

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(Foto: EFE)

  • 16 organizaciones acuerdan comenzar movilización al DF
  • La CNDH dice que no hubo violación en el caso de Arnestina Ascencio Rosario

El Financiero en línea

Veracruz, 3 de abril.- Comunidades indígenas del estado de Veracruz anunciaron hoy movilizaciones hacia la capital del país para demandar el esclarecimiento de la muerte de una anciana nahua presuntamente violada y asesinada por militares.

Durante una asamblea realizada en la Sierra de Zongolica, alcaldes e integrantes de 16 organizaciones autóctonas exigieron justicia en el caso de la indígena de 73 años Ernestina Ascencio Rosario, muerta a finales de febrero pasado en el municipio de Soledad Atzompa.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, Defensoría del Pueblo) señaló que la anciana no fue asesinada por militares y que tampoco fue violada sino que murió debido a una hemorragia interna derivada de una anemia.

"No había habido tal violación", dijo la semana pasada el presidente de la CNDH, José Luis Soberanes.

La mujer fue atendida con vida en un hospital donde posteriormente murió. Ahí agentes de la Fiscalía de Veracruz, mediante estudios, determinaron que había sido violada.

La indígena alcanzó a decir a sus familiares que había sido atacada sexualmente por un grupo de militares que patrullaban la sierra de Zongolica.

La Fiscalía de Veracruz suspendió temporalmente de sus funciones a tres expertos criminólogos hasta que determine si cometieron irregularidades en el dictamen que señala que sí hay rastros de que la indígena fue violada.

La postura de la CNDH desató una reacción de indignación entre indígenas de Veracruz que hoy se reunieron y determinaron que organizarán una marcha hacia la capital del país pero aún no han definido la fecha, dijo a la prensa Jairo Guarneros, coordinador en la zona de Zongolica de "La otra campaña", vinculada a la guerrilla zapatista.

En la Convención Indígena, que reunió a unas 5.000 personas, se determinó que harán una protesta permanente frente al cuartel militar de la ciudad de Orizaba (Veracruz), dijo Guarneros.

Según Guarneros, el Subcomandante Marcos, jefe del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), viajará en junio dentro de "la otra campaña" a esta zona indígena para sumarse a exigencia de justicia.
(Con informacion de EFE/RSC)

Política y estilos

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Política - Sábado 7 de abril (20:00 hrs.)

  • Bola de Fuego
  • Por Rosaura Cruz de Gante

El Financiero en línea

México, 7 de abril.- Cuando al cabo de varias décadas marcadas por lo ocurrido el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las 3 Culturas, aparentemente se había superado en México la imagen de que el ejército comete actos que dañan a la población, un hecho que no ha terminado de ser aclarado, vuelve a poner el desempeño de las fuerzas armadas en el ojo del huracán.

Lo que se está generando es el descrédito de una institución que a fuerza de trabajo constante y silencioso logró recuperar respetabilidad al cabo de los años. Pero cuando se trata de asuntos tan sensibles como lo ocurrido en Zongolica, Veracruz, el silencio puede hacer el mismo efecto que el de un río revuelto... "ganancia de pescadores"

En días recientes, muchas voces se han levantado para condenar el fallecimiento de la indígena nahua Ernestina Ascencio Rosario de 73 años de edad, quien a decir de sus familiares fue atacada sexualmente por militares adscritos a la sierra veracruzana.

El 25 de febrero pasado la anciana indígena fue encontrada malherida en un solitario paraje de Tetlatzinga, su pueblo natal, localizado en lo alto de la Sierra de Zongolica. Cuando semanas después, el asunto empezó a llamar la atención de los medios nacionales, se difundió que a decir de sus familiares, cuando fue rescatada ella señaló que había sido atacada por varios soldados, quienes la golpearon y la violaron.

Ernestina Ascencio falleció horas después a causa de las tremendas heridas externas e internas que sufrió. Desde entonces, se han escuchado tanto en medios informativos como en la tribuna de la cámara de Diputados, demandas de "justicia" por el brutal hecho, provenientes especialmente de legisladores del PRD, que desde entonces tomaron como bandera el caso.

El escándalo produjo el consiguiente clamor popular. Obvio, un hecho de esta naturaleza no podía pasar inadvertido. ¿Cómo -preguntó en la tribuna un legislador perredista- si a una dama rica con el solo hecho de sufrir el menor acoso, todo el mundo se solidariza con ella poniendo el grito en el cielo, a una indígena por la circunstancia de que es pobre la pueden violar y asesinar?

La imagen del Ejército empezó a estar en entredicho, situación que ha ido creciendo como bola de fuego conforme pasan los días, porque hasta ahora no ha quedado claro qué fue lo que realmente ocurrió.

Semanas después la CNDH entró al quite, para tratar de dar una respuesta confiable, pero lejos de aclarar las cosas, las enredó al afirmar que la anciana murió a consecuencia de una anemia aguda. Por supuesto muy pocos creyeron esta versión y la original adquirió fuerza popular.

Desde luego que nadie puede estar de acuerdo en que un hecho de tal brutalidad quede impune.

Lo grave es que ninguna autoridad ha terminado de deslindar responsabilidades penales y el hecho es, por desgracia, aprovechado políticamente en momentos en que el Ejército ha tenido que salir de los cuarteles a combatir la delincuencia organizada que opera en casi todos los puntos del país.

Mientras realiza esta labor, su autoridad moral ha quedado en entredicho.

Por un lado está la versión de la propia víctima, de que fue objeto de un ataque sexual, y por la otra la de la CNDH que, cuando dice que la anciana padecía anemia y que murió desangrada por una úlcera gástrica, provoca, aparte de indignación, incredulidad burlona.

Por el bien de la institución que había logrado una imagen de respeto como ejército de paz y de apoyo a la población, urge que Secretaría de la Defensa Nacional y las autoridades civiles realicen una investigación a fondo.

Si los culpables están en las filas del ejército, que se les castigue; de lo contrario que se aclare lo que ocurrió... Lo importante es que esta bola de fuego no siga creciendo.

* Periodista, consultora en comunicación. Becaria de la OEA en el diplomado "Ética Periodística en las Américas"

Es comentarista en Radio Fórmula, 1470 AM

Presidenta del Club Primera Plana

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Gastritis por decreto
Jesús González Schmal
17 de marzo de 2007

L o ocurrido en la sierra de Zongolica, Veracruz, en donde la indígena nahua señora Ernestina Ascencio Rosario, de 72 años, fue brutalmente violada y asesinada en un paraje de la comunidad de Tetlazinga, no es un hecho excepcional ni aislado. Lamentablemente ocurre con más frecuencia de la que nos imaginamos en las regiones más apartadas, donde se asientan campamentos militares dizque para controlar los grupos insurrectos o de guerrillas.

En Chiapas, aun después del acuerdo de San Andrés Larráinzar en el que se firmó la paz, se decretó la amnistía y se ofrecieron reformas constitucionales que nunca se cumplieron, el Ejército mantuvo y mantiene más de 91 campamentos alrededor de las comunidades indígenas, no obstante que en los acuerdos se había ofrecido la desmilitarización, que no llegó sino a una mínima movilización de efectivos, que pasaron de una guarnición a otra.

La Comisión de Concordia y Pacificación, Cocopa de la 59 Legislatura, solicitó al entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel, y después a Carlos Abascal, su sucesor, que ya era tiempo de dejar a las autoridades civiles del estado y a su propia responsabilidad en los municipios autónomos el mantenimiento del orden interno para permitir así que el libre tránsito de indígenas y la salvaguarda de la vida interna dentro de sus poblados se reestableciera sin la obstrucción, amenaza y vejaciones causadas por los campamentos contiguos a esos centros de población.

En presencia del entonces comisionado para la paz en Chiapas y ahora responsable de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Luis H. Álvarez, que entonces se jactaba de hacer visitas frecuentes a la zona gris, se le expusieron a Carlos Abascal las atrocidades que ocurrían con las mujeres y niñas los días francos de los soldados acampados en un lugar próximo a las viviendas. Se les narró con lujo de detalles los casos incluso de violaciones, y otras veces de seducciones a las mujeres indígenas que eran engañadas, una vez que satisfacían los soldados sus pretensiones sexuales.

Se le ofrecieron a Abascal los testimonios del Centro Fray Bartolomé de las Casas, donde los entonces diputados oímos las revelaciones más dramáticas y penosas por parte de los indígenas a los que les habían embarazado a una hija o a sus esposas. No quisieron escuchar ni el secretario de Gobernación ni el comisionado para la paz. El tiempo transcurrió y el vía crucis de las comunidades chiapanecas que son víctimas de un asentamiento militar ha continuado y trastocado la vida familiar e incluso económica. Ello por el efecto del gasto excesivo de los soldados en las modestas tiendas del poblado que se ven en la necesidad de traer para reventa cervezas, bebidas alcohólicas de marca, refrescos embotellados, frituras y toda clase de productos poco habituales entre los campesinos. No se diga el mal ejemplo moral que despliegan con los niños y jóvenes cuando los sábados y domingos ven pasar por el pueblo los camiones de redilas con prostitutas procedentes de la ciudad más cercana.

El caso que también se hizo público, gracias a la denuncia que de ello hizo el obispo de Saltillo, don Raúl Vera, fue lo ocurrido en Castaños, Coahuila, como otra muestra de esta degradación. En esa ocasión fueron los soldados de un batallón asignado a un local del Instituto Estatal Electoral que, bajo el efecto de alguna droga, se abalanzaron sobre la zona de tolerancia del municipio y violaron con sevicia a más de 11 mujeres, entre las que estaban algunas adolescentes.

Tanto en el ominoso homicidio de Zongolica, Veracruz, como el incalificable delito tumultuario de Castaños, Coahuila, como en los que seguramente se están perpetrando en otros lugares de la República, la mayor afrenta al pueblo es tratar de ocultar la cruda realidad de lo que acontece y volverá a suceder si no se toman las medidas urgentes e imprescindibles para detenerlo.

El que Felipe Calderón haya declarado que la señora Ernestina Ascencio murió de "gastritis crónica" no sólo es ligereza imperdonable, sino grave irresponsabilidad y falta de respeto a su familia y a todos los mexicanos. El Ejército Nacional, heredero del Ejército Constitucionalista de Venustiano Carranza, no puede soslayar un problema que lo afecta en su prestigio y sobre todo en su dignidad como institución armada al servicio de la soberanía del país. Todos los mexicanos que juramos bandera en nuestro servicio militar somos parte de la reserva de un Ejército que debe reconocer con hombría de bien un problema grave que se debe enfrentar sin falsas salidas.

Profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM

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Garantía de impunidad
Rosario Ibarra
3 de abril de 2007

"...Se me quitó la certeza de lo que dijo". Tal fue la opinión de quien preside nada menos que el Instituto Nacional de las Mujeres , en relación a lo expresado -antes de morir- por la anciana Ernestina Ascencio Rosario.

No le queda a los millones de mujeres maltratadas que hay en México una migaja de esperanza en que sus quejas sean atendidas por tal "instituto". Y es que, como se divulgó por muchos medios, la mujer de 73 años, originaria de Zongolica, murió a consecuencia de la violación tumultuaria que sufrió y que antes de expirar señaló a un grupo de soldados como sus agresores.

Leí por allí en un diario que la señora directora antes mencionada dijo: "Primero me indignó; hice una declaración de que se vaya hasta las últimas consecuencias, sean militares o civiles". pero. pero. ¡caray! Lo que agregó es terrible y lo transcribo: "pero después de ver el boletín de la CNDH, donde ya es determinante lo que pasó, se me quita la certeza sobre lo que ocurrió". Bueno, es dificilísimo, por no decir imposible, el que la certeza pueda quitarse, "diluirse" y, además, a partir de ese "boletín" (si quedaba duda de otros), ya no se podrá creer en cosa alguna que exprese la aludida Comisión Nacional de Derechos Humanos. Destaqué la palabra certeza, porque su significado (según Larousse) es certidumbre, certitud; es el conocimiento seguro, claro y evidente de las cosas.

La experiencia de muchos miles de mexicanos da la razón a la familia de Ernestina Ascencio. Miles de mexicanos hemos sufrido represión de parte de fuerzas del gobierno mexicano, y la respuesta a nuestras quejas y denuncias ha sido la burla, que no es otra cosa que la impunidad de que han disfrutado los agresores, y lo hecho por la CNDH, confirma lo que siempre opinamos de ella: que es un escenario, y la tramoya completa para esconder los desmanes de los distintos gobiernos (intriga, trama, engaño).

Los familiares de los desaparecidos políticos nunca tuvimos confianza en la multicitada CNDH, porque fue hechura de Salinas de Gortari, de quien nada tenemos que decir que no lo sepa el pueblo mexicano que tanto sufrió durante su mandato. La CNDH quedó en el sexenio zedillista poco menos que difunta, hasta que llegó el señor de la transición y del cambio imposible y la levantó de su letargo con el señor Soberanes a la cabeza.

Repito, no acudimos a sus oficinas ni llamamos a nadie, pero congruentes que solemos ser, en el momento en que se nos dijo que el ombusdman estaba amenazado por la PGR de que iba a ser "detenido por difamación", nos ofrecimos a ser parte de su defensa y continuamos una relación respetuosa con él y con todo su equipo, pero. pero. (otra vez los peros) a partir del "informe" sobre Oaxaca, volvió a inquietarnos su manera de actuar, y con este asentimiento del titular de la comisión, con esa su adhesión incondicional a las opiniones del señor Calderón, "nunca más" (como dijo el hermoso cuervo inmortalizado por Edgar Allan Poe.)

Desde el inicio de estos dolorosos asuntos -Oaxaca y Zongolica- nosotros, familiares de los desaparecidos del Comité ¡Eureka!, hemos sido solidarios con sus reclamos. Hoy unimos nuestras voces a las de los hijos de la anciana ultrajada y asesinada: Julio, Francisco, Martha, Juana y Carmen Inés. Junto a ellos gritamos al mal gobierno que respete la memoria de su madre y que no les llame mentirosos, que afirman que su madre era una mujer sana.

Por nuestra parte añadimos que jamás la mentira oficial podrá dar a los represores del pueblo, porque no lo permitiremos, la infamia que pretenden: garantía de impunidad

Dirigente del Comité ¡Eureka!

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