Saturday, December 2, 2006

ACOSO ENCUBIERTO

Campaña tramposa contra la delincuencia

http://contra-la-derecha.blogspot.com/2006/09/campaa-tramposa-contra-la-delincuencia.html
Calderón:
Cruzada derechista contra la inseguridad

Edgar González Ruiz

La represión de la disidencia política y la implantación de un estado policiaco para beneficio de los más ricos son prioridades de la agenda de Felipe Calderón, basadas en la llamada ideología de la inseguridad, que es un proyecto internacional de la derecha neoliberal..
Esa ideología pregona la lucha contra los robos y secuestros y contra el narcotráfico como la principal prioridad de gobierno, a la vez que como un pretexto para la persecución de los sectores marginados y de sus adversarios políticos.
Es también la otra cara de la guerra derechista contra el populismo, al desdeñar como prioridades nacionales la lucha contra la miseria, la inseguridad laboral, los bajos salarios, y las prácticas leoninas de las instituciones que ofrecen créditos.
Las manifestaciones de esa lucha tendenciosa contra la inseguridad, animada por instancias supranacionales con sede en Estados Unidos, como el Manhattan Institute, van, en países diferentes, desde las agrupaciones derechistas que defienden la tenencia y uso de armas, otras que reivindican la lucha contra la delincuencia con criterios racistas, pasando por los escuadrones de la muerte, que se autodenominan enemigos de la delincuencia, hasta coaliciones y organizaciones de cuño empresarial, como México Unido contra la Delincuencia, cuyas protestas tienen implicaciones políticas contra el gobierno del DF.
Cabe recordar que una de las primeras manifestaciones de la guerra sucia contra AMLO se registró en 2004, cuando MUCD y otros grupos de cuño empresarial, apoyados por la publicidad de los medios, organizaron una multitudinaria marcha contra la inseguridad cuestionando especialmente la eficacia del gobierno capitalino.
Se trata de proyectos que, como otros del orden neoliberal, requieren ser promovidos con la ayuda de intensas campañas en los medios de comunicación, especialmente en radio y televisión, para crear en la gente percepciones afines a ellos.

Redes internacionales
La estrategia de Calderón no es nada original. Ha sido promovida desde hace años en países como Chile y Argentina, para reivindicar la memoria de Pinochet y Videla, vistos ahora como paladines de la lucha contra la delincuencia, y está en la base de la forma de gobernar de Bush que ha justificado las guerras y agresiones a otras naciones con su lucha “contra el terrorismo”, donde los países agredidos son descritos como transgresores del orden internacional.
Por ejemplo, en Chile, la Fundación Paz Ciudadana, creada en 1992, se ha autoerigido como "cerebro" de las políticas de mano dura aplicadas en ese país para enfrentar la delincuencia (www.puntofinal.cl/001201/nactxt2.html) .
Como consignaban analistas de ese país en el año 2000, el “verdadero éxito” de Paz Ciudadana fue haber exacerbado la sensación de inseguridad que hace desconfiar a uno del otro y temer su cercanía, sobre todo si es pobre, mal vestido y "mal hablado".
“Así, convertida mañosamente en una de las preocupaciones más sentidas por la población, la seguridad ciudadana es bandera obligada de los partidos y alianzas políticas que se disputan el poder, mientras la inseguridad hace crecer los gastos públicos y privados. Vivir con el miedo de ser asaltado y despojado de sus muchos o pocos bienes se acepta como algo inherente de la época actual. Sin embargo, muchos de estos mitos comienzan a ser torpedeados. En el libro de investigación periodística "La guerra y la paz ciudadana", de Marcela Ramos A. y Juan Andrés Guzmán de Luigi (LOM Ediciones), se demuestra con números que durante la última década "en los momentos de mayor alza delictual las personas tuvieron más posibilidades de perder su empleo que sufrir un robo con violencia; de ser víctimas del abuso policial que de ser asesinadas; de que una empresa los engañara (vendiéndoles un producto defectuoso o aplicándoles intereses abusivos) que de ser víctimas de un hurto". …”
Exactamente lo mismo ha ocurrido en los últimos años en México, mediante la propaganda de grupos empresariales y voces de millonarios personajes de la farándula que han sido víctimas de secuestros. Asimismo, los medios electrónicos hacen proliferar la consigna de que “ya no se puede salir a la calle por temor a ser secuestrado o asaltado” lo cual es absolutamente falso, como se demuestra simplemente saliendo a la calle. En la ciudad de México es mucho más probable ser timado por alguna empresa con la venta de productos o tarjetas fraudulentas o sufrir abusos por parte de empleadores o comerciantes, que ser asesinado o secuestrado, pero la propaganda empresarial ha hecho que la gente se olvide de su propia realidad.
Con grupos latinoamericanos como México Unido contra la Delincuencia y la Fundación Paz Ciudadana ha trabajado la estadounidense Manhattan Institute. De este último, Bill Bratton y George Kelling visitaron Caracas en septiembre de 2000, viaje que fue organizado por el grupo CEDICE (uno de los grupos desestabilizadores del gobierno de Hugo Chávez) y por la Cámara de Comercio Venezolano Americana, donde ante dirigentes comerciales disertaron sobre cómo “restaurar el orden y reducir el crimen en nuestras comunidades”. En México, en mayo de 2000, es decir, en la época de las elecciones presidenciales, Kelling se reunió con el grupo México Unido contra la Delincuencia y con el hoy presidente Vicente Fox, mientras que le embajador de Estados Unidos, Jeffrey Davidow, ofreció un almuerzo en su residencia para discutir soluciones al problema del aumento del crimen en México, al cual asistieron entre otros dos gobernadores del derechista partido Acción Nacional: Ignacio Loyola, de Querétaro y Fernando Canales Clariond, entonces gobernador de Nuevo León. En Brasil, en marzo del 2000, organizaron una serie de conferencias y reuniones en ambas Sao Paulo y Río de Janeiro, con la Cámara Americana de Comercio y la Fundación Victor Civita. En Chile, en noviembre de1999, se reunieron entre otras organizaciones con la Fundación Paz Ciudadana.
El Instituto Manhattan es una de las organizaciones republicanas que como el IRI, Instituto Republicano Internacional, apoyan a Bush, glorifican a Reagan y respaldan a grupos derechistas proestadounidenses en diversas partes del mundo.
Fundado en 1978, declara tener como misión “desarrollar y difundir nuevas ideas que propicien mayor libertad económica y responsabilidad individual”. Tuvo influencia sobre las políticas del alcalde neoyorkino Rudolph Giuliani para el combate de la delincuencia. En México ha habido tan poca sensibilidad para desenmascarar esa ideología empresarial que el propio gobierno de la capital y concretamente su hoy titular Marcelo Ebrard auspiciaron la participación de Rudolf Giuliani, exalcalde de Nueva York, y uno de los principales promotores de la campaña de Bush en 2004, en proyectos de lucha contra la delincuencia. Es sabido que Giuliani, quien cobra sumas millonarias por sus servicios, promueve en el espíritu puritano de Estados Unidos y con criterios racistas, la persecución salvaje contra prostitutas y pordioseros. Al estilo de Fox, es un gran apologista de sí mismo, por lo que los logros que proclama en la lucha contra la delincuencia de las calles existen sólo en su propaganda.


La PFP: un peligro para la sociedad
En el clima de conflicto poselectoral donde se ha manifestado el rechazo activo de grandes sectores de la población contra el gobierno panista y contra la figura de Calderón, este ha encontrado apoyos esencialmente interesados, como el de los grandes medios de comunicación, los políticos que buscan privilegios, jerarcas católicos que quieren destruir el laicismo mexicano, empresarios, así como de fuerzas represivas puestas al servicio de objetivos políticos: la Policía Federal Preventiva y el Estado Mayor Presidencial.
Creada durante el sexenio de Zedillo, la Policía Federal Preventiva es hoy un peligro para la sociedad, por su abusivo papel en la represión contra los movimientos sociales, y por haberse convertido en uno de los soportes del fraude y de la imposición.
Ya esa posibilidad había sido prevista en ese tiempo por voces como la del entonces legislador independiente Adolfo Aguilar Zinser quien luego de la creación de la PFP; el 11 de diciembre de ese año, caracterizó dicha medida como “un peligro para la sociedad” y cuestionó que no se llevara a cabo una consulta pública para medir las consecuencias de esta iniciativa..
Integrada por exmilitares y personal proveniente de otras policías, como la Fiscal, la PFP fue dotada de una doble función, propiamente policíaca, así como política: “salvaguardar la integridad y derechos de las personas, prevenir la comisión de delitos, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos”.
Se estableció asimismo que la PFP dependerá de la Secretaría de Gobernación y que no tendrá atribuciones en los procesos electorales. Sin embargo, en la práctica no ha sido así, pues bajo la gestión de Abascal al frente de la Segob, la PFP ha sido ingrediente esencial no sólo en la represión contra sectores como los mineros y los habitantes de Atenco, donde los cuerpos policíacos cometieron indignantes atrocidades, sino en la lucha del gobierno panista contra el movimiento encabezado por AMLO.
Una y otra vez, es la PFP, al lado del EMP, quienes dan la cara para defender a Felipe Calderón (Fecal) del disgusto de la ciudadanía y no sólo eso, sino que en algunos episodios, incluso ha fungido como propagandista de los puntos de vista de la derecha.
Luego de la asamblea informativa convocada por AMLO el 30 de julio, que ha sido el más numeroso de los actos que ha encabezado, con una asistencia calculada por distintas fuentes en más de dos millones de personas, que coparon desde el Zócalo hasta la avenida Reforma, la PFP haciendo gala del estilo televisa afirmó que sólo habían asistido 180 mil personas.
Días después fue la propia PFP la encargada de la represión contra legisladores que protestaban en el Palacio de San Lázaro y luego de la designación de Fecal como presidente electo, la PFP se presenta en sus actos públicos para desalentar las protestas.
Pero si la PFP es un peligro para la sociedad, no lo es desde la peculiar perspectiva del presidente electo, quien llegando a extremos infantiles en su espíritu pero criminales en su peligrosidad, hace ostentación de las fuerzas de seguridad como si estas le confirieran una autoridad moral de la que carece.
El camino que tratará de seguir es previsible: propiciar que los medios difundan la ideología de la inseguridad con prioridades absurdas como el combate a los secuestros de empresarios y actrices, y al “narcomenudeo” (como si lo que una persona consume fuera problema ajeno) para luego argumentar que el gobierno del DF no “protege” a la ciudadanía y que él debe hacerse cargo de sus cuerpos policíacos, con lo cual, en su mentalidad que evidentemente concibe la hegemonía política como un asunto policíaco, tendrá dadas las condiciones para “gobernar”, es decir, para reprimir a la izquierda, cuyo núcleo, según él, está solo en la ciudad de México.


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